martes, 10 de marzo de 2015

Un destino

Multitud de veces he visto los anuncios de viajes en distintas partes del barrio. No es nada novedoso, desde hace años se vienen organizando, recuerdo especialmente los que solían realizarse a las distintas playas andaluzas. En mi adolescencia no llegué a usar esta opción viajera pero desde hace varias semanas la he contemplado como algo real. Los destinos son variados y los precios parecen asequibles. Existen tanto viajes de un solo día como viajes de varios días aprovechando festividades.

¿Qué me ha hecho decidirme? Un destino en particular, Gibraltar. ¿Por qué este destino y no otro teóricamente más llamativo? La verdad es que me apetecía regresar al lugar donde ya viajé en tiempos del instituto. Entonces la novedad era estar en una localidad donde poder hablar inglés. Tal era la ilusión que tenía que no supuso inconveniente alguno tener que sacarme el pasaporte. Ahora que hago memoria, es posible que ni siquiera fuera un requisito imprescindible y se quedara solo en recomendable porque podríamos acceder con nuestro documento de identidad. Tampoco me detuvo el hecho de ser el único de mi clase que se apuntó a dicha excursión, lo que supuso que me viera "obligado" a unirme al grupo de los profesores. A ciertas edades eso podría calificarse como auténtica "tragedia" o una especie de "maldición" para el entorno cercano de amigos. No me lo planteé ni por un instante, no tenía sentido.

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